UN INTERIORISTA DE BARCELONA CONSEGUIRÁ UNA DISTRIBUCIÓN ADAPTABLE CON UN DISEÑO PERSONALIZADO

El interiorista Barcelona y el diseño de espacios con opciones y funciones multiples

El interiorista Barcelona planifica y proyecta las reformas de viviendas con variantes multifuncionales

La planificación es la clave para obtener el máximo resultado y éxito en las reformas para el interiorista Barcelona, tanto en la parte de organizar la ejecución de la misma como en las funciones vitales que se realizarán una vez acabada la reforma.

En este artículo nos centraremos en este segundo punto, en este sentido la sociedad evoluciona en toda su dimensión, y la convivencia no es una excepción. En la actualidad coexisten modelos de convivencia basados en la libertad de elección de cada individuo: la familia clásica, el piso de estudiantes, la familia clásica, las familias monoparentales, las viviendas-estudio o las parejas sin hijos son algunos ejemplos.
Reformas de viviendas con diseños adaptables y multifuncionales
Lamentablemente, nuestra forma de diseñar y construir, generalmente el interiorista Barcelona, no ha sabido mantener el pulso a la evolución social y lo mejor que hemos sabido hacer es crear viviendas diseñadas para cada tipo de modelo de convivencia como si, una vez tomásemos una decisión de cómo y con quién queremos vivir, no pudiésemos cambiar el modelo nunca más.

Dicho de otro modo, hemos especializado la vivienda; las piezas tienen unas determinadas características en función de si son dormitorios dobles o simples, si son salas de estar con o sin comedor, si tienen la cocina integrada o no; todo está estandarizado y cada pieza tiene una función predefinida e ineludible. Lo ideal sería que una vivienda fuese capaz de madurar con sus ocupantes y ofrecerles cierto margen de adaptación.

La vivienda, sus ocupantes y los objetos que guarda son entidades indivisibles; un arquitecto no debe olvidar nunca que diseña espacios que han de ser habitados; como bien X. Monteys y P. Fuertes en su libro Casa Collage, “las personas que habitan los edificios siguen siendo, en el fondo, los grandes olvidados de la arquitectura residencial”.

Una vivienda que una vez amueblada, pierda parte de su esencia o calidad arquitectónica será síntoma de un mal diseño arquitectónico y una nula planificación por parte del interiorista Barcelona.

De vez en cuando conviene hacer un ejercicio de observación que nos ayude a liberarnos de los estereotipos que incorporamos a nuestro diseño con el paso del tiempo. Se trata de observar a niños utilizando objetos cotidianos de una forma totalmente diferente a la que se había pensados cuando fueron diseñados y a continuación tratar de hacer lo mismo con el proyecto que tenemos entre manos. ¿Qué pasa si colocamos el vestidor en la sala y el comedor en el vestidor?¿Qué ocurre si movemos el estudio al distribuidor de entrada?

El resultado suele ser que nada funciona fuera del lugar para el que lo hemos diseñado: el distribuidor es pequeño para colocar un estudio; la sala es enorme, para un vestidor, etcétera. No es extraño que una familia, de cualquier tipo, una vez ha adquirido una vivienda ya lo haga con una idea muy clara de cómo la adaptará a sus necesidades, es decir, cómo moverá y cambiará las funciones de las piezas para ajustar la distribución a sus hábitos y costumbres.

Pero encontrará dos grandes inconvenientes: en primer lugar en primer lugar, que los espacios de su vivienda fueron diseñados para unos usos muy específicos y no adoptarán nuevos usos de forma tan ideal como ellos había pensado y acabarán modificando físicamente algunos de esos espacios con la ayuda de un interiorista Barcelona.

Y en segundo lugar, que muy probablemente estos cambios darán lugar a espacios con utilidades de nuevo muy especificas que, con el paso de los años, volverán a ser inadecuadas para las necesidades que el tiempo siempre comporta a las familias. De nuevo concluimos en la necesidad de proyectar viviendas capaces de adaptarse, de “madurar”.

En aras de la capacidad de adaptación podríamos caer en la trampa de la flexibilidad mal entendida, la de los muebles con ruedas o abatibles que pueden transformarse y desplazarse por un espacio que, al fin y al cabo, tiene un uso preconcebido. La flexibilidad de los espacios es aquella que los asemeja o diferencias de forma más sutil de manera que algunos usos si que puedan alternarse o intercambiarse a voluntad en función de las necesidades de sus ocupantes.

Así pues podríamos diseñar una vivienda con varias salas equivalentes, evidentemente unas más grandes que otras, pero sin una jerarquía tan marcada como la que hoy tiene la sala de estar sobre el resto de piezas. Del mismo modo, las zonas de paso, con algo más de espacio y calidad, podrían devenir salas de juego, de lectura o de reunión y optar a ser valoradas no como metros perdidos, sino como auténticos espacios utilizables y de paso al mismo tiempo.

Esta multiplicidad de usos es la autentica flexibilidad que debemos valorar en el proyecto del interiorista Barcelona.

Es evidente que existen ciertas limitaciones, fundamentalmente tecnológicas, que limitan la capacidad de adaptación de algunos espacios; es el caso de las cocinas y los baños, piezas de difícil modificación.

Durante los últimos 30-40 años, la cocina se había convertido en algo así como un equipamiento igual de necesario que molesto, reduciéndolo a la mínima expresión en la viviendas hasta hace relativamente poco.

Afortunadamente ha habido un cambio de tendencia en el diseño de los hogares que paulatinamente ha devuelto a la cocina ese carácter vertebrador de la vivienda que siempre ha tenido, y es alrededor de ésta donde tenemos que articular el resto de espacios habitables puesto que no tendrían razón de ser sin su existencia: una casa sin cocina bien podría ser un museo o unas oficinas.

El arquitecto estadounidense Robert Venturi acuñó el término”flexibilidad útil” para denominar aquella arquitectura intemporal con habitaciones de usos genéricos en lugar de específicos y muebles móviles en pro de una flexibilidad perceptiva en lugar de una flexibilidad física y poco útil.
Una de las principales ideas que los arquitectos aplicamos en el diseño de viviendas para parejas en la relación permanente de espacios semiprivados.

La casa se entiende como un volumen continuo donde se disponen elementos que permiten la creación de estos espacios capaces de dar solución a las distintas necesidades del hogar sin que sea preciso dividirlos físicamente. Las dobles alturas con antepechos abiertos de obra permiten establecer relaciones permanentes entre áreas de uso muy diferenciado del mismo modo que los espacios contiguos sin puertas que los independicen. Los pavimentos continuos potencian este tipo de diseño.

Las viviendas para grandes familias suelen pecar de aburridas para los más pequeños. Nos olvidamos a veces de que ellos forman parte fundamental de la forma de utilizar la casa se ven abocados a “padecer” unos años de existencia en un mundo que no se adapta a ellos hasta que alcance una determinada altura.

Algunos afortunados tienen una habitación de juegos que suele ser una estancia (de adultos) remodelada y adaptada con objetos especializados para niños. E mundo de los más pequeños no alcanza más allá de los 115 cm , que es su radio de acción según un estudio del arquitecto E. Arroyo, un metro y quince centímetros de materiales, puertas, ventanas y objetos que deberían ser pensados para esa estatura. A nivel de distribuciones ocurre algo similar, existen distribuciones más adecuadas que otras.

El ideal de distribución para un único ocupante es el de un espacio camaleónico, capaz de transformarse a voluntad. Sin limites, sin divisiones, sin espacios especializados; cuántos más metros cuadrados puedan sumarse a ese espacio cambiante, mejor. Un recurso muy interesante son los contenedores de pared, es decir, mobiliario a medida capaz de regularizar el perímetro de un gran espacio a la vez que contiene todo el equipamiento necesario para la vivienda: cocina, cuarto de baño, almacenaje, biblioteca y un largo etcétera.

Estos espacios se generan en el perímetro de la sala principal, pueden crecer en profundidad a voluntad, y tienen la capacidad de abrirse y cerrarse para integrarse o “desaparecer” en función de la necesidad del usuario.

Hasta aquí este artículo para la reflexión a la hora de solicitar un proyecto de un interiorista Barcelona.

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